martes, 13 de agosto de 2013

Monumento al Procesionista y Premio Procesionista del Año

Hablar de Cartagena sin sus procesiones no tiene fundamento, de tal forma que están ligadas una a la otra. Éstas dan fama y buen nombre a nuestra querida Ciudad, y la forma de devolver ese cariño es por medio de un monumento dedicado a todas aquellas personas que hacen posible “sacar a la calle” las procesiones año tras año: el Monumento al Procesionista.
A instancias del emblemático californio Luis Linares Botella, con su perseverancia en la petición de dicho monumento desde 1975, finalmente se consigue inaugurándose el Miércoles de Ceniza -16 de febrero- de 1983 por el alcalde don Enrique Escudero de Castro, situado en la plaza de España a la salida de la calle del Carmen. Hasta allí se desplazó la comitiva de la tradicional Llamada para su inauguración.














Se trata de un grupo escultórico realizado en bronce por el escultor cartagenero Manuel Ardil Pagán, ganador del concurso de maquetas organizado para tal fin, quien plasmó un boceto del pintor Rafael Puch López, elegido por una comisión creada para tal fin y presidida por el futuro alcalde Antonio Vallejo Alberola, Delegado de jardines y ornato, y en la que se encontraban presentes, además de varios miembros del ayuntamiento, el marrajo Antonio Rodríguez Robles, Francisco Sarabia Albaladejo de la Cofradía del Resucitado y Luis Linares Botella por la cofradía california (en esta época no se tenía en cuenta a la cofradía del Socorro, por lo que no estuvo representada). El monumento representa a tres nazarenos, un adulto y dos niños, a tamaño natural.
En 1999 el monumento cambió el emplazamiento por la remodelación de la plaza de España, trasladándose al almacén municipal. Allí se pasó un año hasta que se reubicó en la plaza San Sebastián frente a Capitanía, mas al paso de las procesiones, bajándose a ras de suelo, perdiendo su peana original. Para salvaguardar el monumento de los actos vandálicos se puso una barandilla a media altura, cambiándose en el año 2007 por un jardincillo circular.

En el verano del año 2009, debido a las obras de peatonalización del casco histórico, se retira el monumento permaneciendo en los almacenes municipales, volviendo a su sitio en septiembre.