Hablar de Cartagena sin sus procesiones no tiene
fundamento, de tal forma que están ligadas una a la otra. Éstas dan fama y buen
nombre a nuestra querida Ciudad, y la forma de devolver ese cariño es por medio
de un monumento dedicado a todas aquellas personas que hacen posible “sacar a
la calle” las procesiones año tras año: el Monumento
al Procesionista.
A instancias del emblemático californio Luis Linares
Botella, con su perseverancia en la petición de dicho monumento desde 1975,
finalmente se consigue inaugurándose el Miércoles de Ceniza -16 de febrero- de
1983 por el alcalde don Enrique Escudero de Castro, situado en la plaza de
España a la salida de la calle del Carmen. Hasta allí se desplazó la comitiva
de la tradicional Llamada para su inauguración.
En 1999 el monumento cambió el emplazamiento por la
remodelación de la plaza de España, trasladándose al almacén municipal. Allí se
pasó un año hasta que se reubicó en la plaza San Sebastián frente a Capitanía,
mas al paso de las procesiones, bajándose a ras de suelo, perdiendo su peana
original. Para salvaguardar el monumento de los actos vandálicos se puso una
barandilla a media altura, cambiándose en el año 2007 por un jardincillo
circular.
En el verano del año 2009, debido a las obras de
peatonalización del casco histórico, se retira el monumento permaneciendo en
los almacenes municipales, volviendo a su sitio en septiembre.